Última actualización: 28 junio, 2023
La debida diligencia es un concepto fundamental en el mundo financiero. Se refiere a un conjunto de procesos interrelacionados para identificar los impactos negativos, prevenirlos y mitigarlos. Además, implica un seguimiento de la implementación y los resultados e informar sobre cómo se abordan los impactos negativos con respecto a las actividades propias de las empresas, sus cadenas de suministro y demás relaciones comerciales
¿Por qué es importante llevar a cabo debida diligencia?
Existen ciertas actividades comerciales que poseen riesgos inherentes. Estos podrían ocasionar, contribuir o estar directamente relacionados con efectos negativos en términos de prácticas empresariales responsables. Las actividades comerciales pueden no ser inherentemente riesgosas, pero las circunstancias (como asuntos legales, incumplimiento de normas o comportamiento en relaciones comerciales) podrían generar riesgos de impactos negativos.
En la Guía de la OCDE de Debida Diligencia para una conducta empresarial responsable se menciona que esta “contribuye a que las empresas anticipen y prevengan o mitiguen estos impactos. En algunos casos limitados, la debida diligencia puede ayudar a decidir si continuar o discontinuar las actividades o las relaciones comerciales como último recurso, bien porque el riesgo de un impacto negativo sea demasiado alto o porque los esfuerzos de mitigación no hayan tenido éxito”.
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Además, prevenir y mitigar los impactos negativos de manera efectiva también puede ayudar a una empresa a proteger su reputación. La debida diligencia puede ayudar a las empresas a crear más valor mediante:
- La identificación de oportunidades para reducir costos.
- Un mejor conocimiento de los mercados y las fuentes estratégicas de suministro.
- El fortalecimiento de la gestión de los riesgos empresariales y operativos específicos de la empresa.
- La disminución de la probabilidad de incidentes,
- Una menor exposición a riesgos sistémicos.
Una empresa también puede actuar con la debida diligencia para así cumplir con las exigencias legales pertinentes a ámbitos específicos de la conducta empresarial responsable, tales como el mercado laboral local, asuntos medioambientales, de gobierno corporativo, penales o de lucha contra el crimen organizado.
¿Cuáles son sus características?
- Es preventiva. Su objetivo es evitar impactos negativos sobre las personas, el medio ambiente y la sociedad, e intentar evitar los impactos negativos directamente vinculados a las actividades, productos o servicios de las relaciones comerciales. Cuando no se puede evitar la participación en impactos negativos, la debida diligencia debe permitir a las empresas mitigarlos, prevenir su recurrencia y, cuando corresponda, repararlos.
- Implica múltiples procesos y objetivos. Debe ser una parte integral de la toma de decisiones y la gestión de riesgos de la empresa
- Es proporcional al riesgo. La debida diligencia se basa en el riesgo. Las medidas que tome una empresa para llevarla a cabo deben ser acordes a la gravedad y a la probabilidad del impacto negativo. Cuando la probabilidad y la gravedad de un impacto negativo son altas, entonces la debida diligencia debe ser más amplia.
- Es dinámica. El proceso de debida diligencia no es estático, sino continuo, receptivo y cambiante. Incluye ciclos de evaluación para que la empresa pueda aprender de lo que ha funcionado y de lo que no. A través del proceso de debida diligencia, la empresa debe ser capaz de responder adecuadamente a los posibles cambios en su perfil de riesgo a medida que las circunstancias evolucionan.
- Se adecúa a las circunstancias de cada empresa. La naturaleza y el alcance de la debida diligencia pueden verse afectados por factores como el tamaño de la empresa, el tipo de actividad, su modelo de negocio, etc.
- Implica una comunicación continua. La transmisión de información sobre los procesos, resultados y planes en materia de debida diligencia es parte de su propio proceso. La empresa debe explicar cómo identifica y aborda los impactos negativos reales o potenciales y debe transmitir información en consecuencia.
Claves para llevarla a cabo el proceso de debida diligencia
Existen diferentes aspectos clave a considerar al llevar a cabo la debida diligencia. En primer lugar, es importante recopilar toda la información relevante disponible sobre la entidad en cuestión. Esto puede incluir revisar documentos legales, estados financieros, contratos, licencias, historial de cumplimiento normativo y cualquier otra documentación pertinente.
Además de recopilar información, es esencial realizar un análisis detallado y crítico de los datos obtenidos. Esto implica evaluar la viabilidad financiera de la entidad, analizar posibles riesgos legales o regulatorios, revisar su reputación en el mercado y examinar cualquier otro factor relevante que pueda afectar la transacción o la relación comercial.
Otro aspecto importante de la debida diligencia es la verificación de la información proporcionada. Es crucial asegurarse de que los datos sean precisos y confiables, lo cual implica corroborar la información a través de fuentes secundarias y terceros independientes, si es necesario.
Es importante destacar que la debida diligencia no es un proceso único y puntual, sino que debe llevarse a cabo de manera continua. Esto implica realizar un seguimiento y monitoreo regular de la entidad, especialmente en el caso de relaciones comerciales a largo plazo.
En resumen, la debida diligencia es un proceso esencial para evaluar los riesgos y tomar decisiones informadas en el ámbito empresarial. Requiere la recopilación, análisis y verificación de información relevante, así como el seguimiento continuo de las entidades involucradas. Al realizar una debida diligencia adecuada, las organizaciones pueden mitigar los riesgos, evitar sorpresas desagradables y establecer relaciones comerciales sólidas y exitosas.
La tecnología como aliada para los procesos de debida diligencia
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